15/5/08

Thessaloniki


Por la mañana recibimos un sms de Valeria, la italiana de Ioannina, diciendo que la noche anterior me había mandado un mail para ver si nos veíamos en Thessaloniki. Por lo visto a ellos tampoco les dieron los horarios hasta el viernes por la noche (veis como no me voy a quejar nunca más de la burocracia española??).

Total que nosotras ya estábamos con la mochila al hombro, habíamos decidido irnos aunque no nos dijeran nada. Cogimos el tren y el mismo hombre que nos había ticado por primera vez el Balkan Flexipás nos marcó esta vez. Todavía lo seguimos usando sin que nadie más nos lo marque...

Thessaloniki nos encantó, es la segunda ciudad más grande de Grecia y en la mayor parte de las guías dicen que es la equivalencia Roma-Milán, Madrid-Barcelona, Atenas-Thessaloniki. Las calles rezumaban juventud, un montón de emos, punkies y pijos.

Nos fuimos caminando por el paseo marítimo hasta la Torre Blanca, que los turcos utilizaban para decapitar a los presos, por eso se cubrió de blanco después de la ocupación, como un símbolo. Los museos están por la zona de la Torre, pero la mayoría estaban cerrados. Sólo pudimos visitar una exposición (y nos acabaron echando porque tenían que cerrar) enorme de "arte contemporáneo", así entre comillas, porque era del s.XX, trabajos de los años 30, 50, alguno de los 80... LA PRIMERA EXPO DE ARTE CONTEMPORÁNEO EN GRECIA!! Nos hizo mucha ilusión, e incluso volvimos al día siguente.

Luego conseguimos localizar a los Erasmus de Ioannina en la Rotonda, pero empezó a llover y nos sentamos a tomar algo. A Marina (mi compañera de habitación) se le empezaron a iluminar los ojillos, conociendo a aquella gente normal, agradable, con la que se podía hablar. De hecho les acabamos acompañando al hotel y nos fuimos las dos a dar una vuelta. Las dos queríamos quedarnos con ellos el resto del viaje. Tampoco teníamos alojamiento!! Y los Erasmus de Thessaloniki que habíamos conocido en Estambul no daban señales de vida. Así que dimos un paseo por la antigua muralla y luego nos sumamos al botellón con cacahuetes en la habitación 703.

Como éramos tantos, al final se acabaron haciendo dos grupos: unos fueron al centro de pubs, y los otros nos fuimos a "bouzoukia". Estaba en las afueras así que cogimos varios taxis y llegamos a una megainstalación con aparcacoches vestidos de etiqueta. Lo que nos esperaba dentro era aún mejor: Jose Luís Moreno con todo su séquito de azafatas, camareras y cantantos con un glamour que en realidad superaba lo hortera. La música era tradicional griega, de esas que dicen todo el rato "Te quiero", "Por qué no me quieres", "Nadie te quiere tanto como yo", "Estoy enfermo de amor", "Te amo desde la primera vez", etc.

La escenografía, impresionante. Un edificio del tamaño de los antiguos teatros de Madrid, abarrotado de mesas con gente embelesada por el espectáculo. El escenario varios telones, iluminación de la cara, una orquesta en directo, azafatas con ropa muy pequeña y cantantes con lentejuelas. Las camareras se acercaban con bandejas llenas de claveles y se la echaban a los pies al cantante. Nos explicaron que cada bandeja costaba unos 80€. Una locura, aunque muy divertido por tod@s l@s que estábamos allí.

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